top of page

Cuerpos que arden por dentro: cifras de las gastropatías más comunes en México

Actualizado: 24 jun


ree

Dolor en la “boca del estómago”, ardor, sensación de estar lleno con solo unos cuantos bocados, agruras persistentes, náuseas sin causa clara, estas son todas molestias tan comunes en la vida cotidiana de los mexicanos que muchas veces se normalizan, pero detrás de estos síntomas pueden ocultarse enfermedades gástricas, también conocida domo gastropatías que afectan la calidad de vida y representan una enorme carga para los sistemas de salud pública en México.

El estómago, aunque parece silencioso, nos habla a través de cifras que impresionan. En 2008, por ejemplo, los diagnósticos de gastritis, úlceras y duodenitis ocuparon el cuarto lugar de los motivos de consulta médica en el país, con más de 1.5 millones de casos atendidos solo en instituciones públicas. En promedio, casi 1 de cada 10 personas presentó síntomas digestivos crónicos ese año,  y aunque se han logrado avances importantes en diagnóstico y tratamiento, los problemas estomacales siguen siendo una epidemia silenciosa que arde por dentro.

Entre las gastropatías más comunes en México destacan la gastritis crónica (frecuentemente ligada a Helicobacter pylori), la úlcera péptica, la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) y la dispepsia funcional, acá te contamos qué tan frecuentes son, quiénes están en mayor riesgo y qué dicen los datos más recientes.

Gastritis crónica y Helicobacter pylori

México ha sido históricamente uno de los países con mayor prevalencia de infección por H. pylori, una bacteria que vive en la mucosa gástrica y que puede permanecer silenciosa por décadas. A finales de los noventa, hasta 70% de los jóvenes de 20 años tenían la infección; actualmente, gracias a las medidas de sanidad y las condiciones de vida esas tasas han disminuido, hacia 2007-2008, la prevalencia había bajado a ~15% en adolescentes y ~10% en adultos jóvenes.

Aun así, la gastritis crónica atrófica sigue siendo frecuente, sobre todo en adultos mayores y personas de bajos recursos. En 2008, la incidencia nacional combinada de gastritis y úlceras fue de ~1,767 por cada 100,000 habitantes, con los estados de Tabasco, Nayarit y Durango alcanzando cifras de más de 3,000 por 100,000. Siendo las mujeres quienes representan el 66% de los casos, aunque eso podría reflejar una mayor búsqueda de atención médica, no necesariamente una diferencia biológica. La gastritis crónica puede permanecer sin síntomas, pero en algunos casos progresa hacia úlcera péptica o incluso cáncer gástrico, por ello es clave detectar y tratarla.

Úlcera péptica: cuando la mucosa se rompe

La úlcera gástrica o duodenal afecta al 5–10% de la población mundial y México no es la excepción. Aunque su frecuencia ha disminuido gracias al tratamiento de H. pylori y a los antiácidos modernos, las complicaciones siguen presentes, un sangrado por úlcera, por ejemplo, sigue teniendo una mortalidad hospitalaria del 5–8%, especialmente en personas mayores.

El riesgo de úlcera se multiplica si la persona consume antiinflamatorios no esteroideos (AINES) crónicamente o si combina esta práctica con una infección por H. pylori, además, fumar o beber en exceso también incrementa el riesgo. En el grupo de edad de 25 a 44 años se concentra el mayor número absoluto de casos, pero los adultos mayores de 60 años presentan la mayor incidencia proporcional. Gracias al acceso a medicamentos como los inhibidores de bomba de protones ha cambiado el panorama, reduciendo hospitalizaciones y complicaciones, sin embargo, la automedicación con AINES y el uso indiscriminado de antiácidos siguen siendo desafíos.

ERGE: ardor que sube y no deja dormir

La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) se manifiesta como ardor (pirosis), regurgitación ácida y molestias que interfieren con el sueño y la vida diaria. Según estudios nacionales, 12.1% de la población mexicana tiene síntomas de ERGE al menos una vez por semana y casi el 50% los experimenta mensualmente.

El principal enemigo es la obesidad abdominal, ya que eleva la presión intraabdominal, favoreciendo el reflujo; aunque no todas las personas con sobrepeso desarrollan ERGE, existe una clara correlación. Otros factores involucrados son el sexo masculino, la edad avanzada, la herencia familiar y ciertas comorbilidades respiratorias. A diferencia de otras gastropatías, la ERGE no suele diagnosticarse por endoscopía y muchas veces se trata empíricamente con medicamentos. Pero su carga social y económica es enorme, pues impacta la productividad, altera el sueño y requiere tratamiento continuo.

Dispepsia funcional: cuando todo está bien, pero se siente mal

Finalmente, la dispepsia funcional es una de las enfermedades más frustrantes para pacientes y médicos. Los estudios muestran que entre 7% y 20% de los mexicanos la padecen, con un predominio claro en mujeres jóvenes. Se trata de síntomas como molestia epigástrica, llenura precoz o distensión postprandial, sin hallazgos orgánicos visibles, es decir, el estómago se queja, pero la cámara endoscópica no muestra daño.

Las causas son múltiples, desde hipersensibilidad visceral, trastornos en la motilidad gástrica, hasta estrés crónico o antecedentes de gastroenteritis (la llamada dispepsia postinfecciosa). En algunos estudios se ha mostrado que las mujeres tienen hasta 1.6 veces más probabilidad de presentar dispepsia funcional que los hombres.

Aunque no es una enfermedad mortal, sí es una que puede limitar la vida social, laboral y alimentaria. A menudo requiere un enfoque multidisciplinario que incluya educación, tratamiento farmacológico y apoyo psicológico.

Un estómago enfermo también habla de una sociedad enferma

Las gastropatías más comunes en México reflejan problemas estructurales, desigualdad social, acceso limitado a agua potable, automedicación, dietas ricas en irritantes, jornadas laborales que impiden alimentarse con calma y un sistema de salud ocupado en atender y no en prevenir.

La buena noticia es que las tendencias van mejorando, la prevalencia de H. pylori está bajando, el tratamiento de la úlcera es más eficaz y hay mayor conciencia sobre la obesidad y el estrés, pero queda mucho por hacer. Entender la estadísticas de las gastropatías es ponerle calificación a un malestar silencioso, crónico y colectivo. Un malestar que, si no se escucha, puede terminar gritando desde las entrañas.

 

Referencias:

Bosques-Padilla, F. J., et al. (2018). The fourth Mexican consensus on Helicobacter pylori.

Huerta-Iga, F., et al. (2016). Diagnosis and treatment of gastroesophageal reflux disease: Recommendations of the Asociación Mexicana de Gastroenterología.

Remes-Troche, J. M., et al. (2018). The Mexican consensus on chronic constipation.

Velásquez Vera, J. S., et al. (2024). Actualizaciones sobre la úlcera péptica, epidemiología, diagnóstico y tratamiento.

Esquivel Ayanegui, F., et al. (2012). Dispepsia.

 

 
 
 

Comentarios


bottom of page